En todo el mundo, 500 millones de niñas y mujeres jóvenes ven desaprovechado su potencial.
Parar la pobreza infantil pasa por parar la desigualdad de las niñas que, simplemente Por Ser Niñas, sufren una doble discriminación por género y edad convirtiéndose en las más pobres entre los pobres.
Si las mujeres, que componen la mitad de la población mundial siguen siendo vulnerables a la marginalización económica, política y social, nuestra esperanza de avanzar en la democracia y prosperidad se verá en serio peligro.